Wednesday, November 22, 2006

Del iPod al móvil

Cuando se han cumplido 5 años del lanzamiento del iPod, el
revolucionario reproductor de MP3, estamos a las puertas de otro gran
impulso a la industria de la música grabada.

Un impulso que llegará a través de los fabricantes de móviles, quienes
ven en la música no sólo un aliciente para vender más teléfonos, sino
una línea de negocio en sí misma.

El mundo cuenta, desde junio, con 2.000 millones de teléfonos móviles.
Y los fabricantes principales tienen unas previsiones de ventas para
2006 de mil millones de aparatos, aunque esperan una reducción del
ritmo en los mercados estadounidense, europeo y japonés y sus
beneficios, este año, han disminuido.

¿Cuál es la estrategia de Nokia, Sony Ericsson, Motorola o Samsung
para seguir creciendo? Vender música. No sólo los reproductores,
también las descargas. Hay que abrazar otras fuentes de ingresos.

Su visión del futuro descuenta el desarrollo de los mercados
latinoamericanos y asiáticos y cree firmemente que muchos consumidores
preferirán escuchar música en un móvil a llevar otro dispositivo
encima.

El éxito del iPod, que salió en octubre de 2001 a un mercado ya
incipiente de reproductores MP3 y ha vendido, desde entonces, 67
millones de unidades de sus distintos modelos, no es comparable a los
rendimientos de las ventas de móviles.

Pero es un modelo. Seguir algunas de las pautas de Apple, como la de
aliar el iPod con el servicio de descargas iTunes, permitirá a Nokia o
a Sony Ericsson vender aparatos a la vez que entrar en el negocio de
la descarga de música.

A diferencia de las compañías telefónicas, cuyas ventas de líneas ADSL
a particulares tomaron mucho impulso gracias a que la banda ancha
permite la descarga de canciones y películas, con los móviles no
resultará tan fácil bajarse archivos sin respetar los derechos de sus
propietarios, por ello es previsible que a éstos les lleguen ingresos
económicos que les permitan activar la producción. Compañías, músicos,
técnicos de grabación o autores pueden recuperar parte del trabajo
perdido.

Apple, por su parte, se enfrenta a que su iTunes sufra una progresiva
caída desde su hegemonía en la distribución digital de música.

Que ahora exista, técnicamente, la posibilidad de que los iPods
reciban canciones de tiendas que no sean iTunes es un golpe a la
empresa, golpe que se suma a los embates de la competencia. Las
grandes discográficas verán con gusto una disminución del poder de
Apple porque mejora su posición para negociar los precios de las
canciones. Pero es esta firma californiana la que verdaderamente ha
abierto un camino digital en la venta de música.

Cuando la industria del disco se normalice deberá pensar en hacer un
homenaje a Jonathan Ive, el diseñador del iPod, y a Steve Jobs, el
presidente de Apple.

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