Las discográficas cambian el chip

Hace casi dos años, Peter Gabriel avisaba que el tradicional negocio musical se había quedado obsoleto en la era de internet. En la «prehistoria», la música se vendía en casetes, discos de vinilo o CD y los compradores podían hacer copias para regalarlas a sus amigos. Las compañías discográficas no se preocupaban por ello, ya que solía ocurrir a pequeña escala. Sin embargo, llegaron los formatos digitales como mp3 y los programas gratuitos como Napster, que una vez instalados permitían a cualquier ordenador enviar información a un servidor central sobre qué archivos mp3 tenía almacenados en su disco duro, al mismo tiempo que recibía un listado de todos los archivos mp3 que poseían los usuarios conectados en un determinado momento. Cualquiera podía pedir un fichero y descargarlo de un ordenador situado en el otro extremo del planeta Tierra. Resultaba muy fácil conseguir música de manera gratuita.

Aun así, a las compañías discográficas les costó darse cuenta de que en internet estaba el futuro del comercio no sólo musical, sino también audiovisual, no supieron reaccionar a las novedades introducidas por la tecnología. La Federación Internacional de la Industria Discográfica estima que en 2005 se bajaron unos 20.000 millones de canciones de manera ilegal frente a los 420 millones de temas musicales en un total de 350 páginas legales. Las discográficas, por su parte, ingresaron ese mismo año más de 1.000 millones de euros operando en la red. Las cifras cantaban e indicaban claramente que no se podía continuar de espaldas al mundo virtual y digital.

Apple estrenó en abril de 2003 «iTunes Music Store». Tras tres años de soledad en el mercado, en los que ha demostrado que se puede ser rentable, pese a la piratería y a la popularidad de las redes P2P, empiezan a aparecer otras alternativas al negocio de la venta de canciones en internet.

Microsoft, siguiendo la misma filosofía del iPod, va a lanzar al mercado sus reproductores Zune, junto con una tienda propia, a semejanza de iTunes. Las características de su producto son una capacidad de almacenamiento de 30 GB, pantalla de tres pulgadas y conexión inalámbrica al ordenador. Para su tienda se prevé un modelo de negocio de suscripción con tarifa plana.

El servicio de venta de música en la red eMusic, que ya funcionaba en Estados Unidos, acaba de ser lanzado al mismo tiempo en los 25 países de la Unión Europea con la intención de convertirse en otra alternativa a la tienda iTunes. La suscripción mensual a eMusic costará entre 12,99 euros por 40 descargas y 20,99 por 90 descargas. Es decir, unos 30 céntimos de euro por canción. Como valor diferenciador frente a su adversario se debe decir que eMusic es uno de los pocos servicios de venta de música on line que distribuye canciones en formato mp3 reproducible en cualquier dispositivo.

Universal Music Group -filial del grupo Vivendi- ha firmado un acuerdo con un nuevo operador de Internet, Spiralfrog, para ofrecer música gratuitamente de músicos conocidos como Bob Marley, «U2», Elton John, Eminem..., entre otros muchos artistas. De esta manera, se convierte en la primera de las grandes discográficas que introduce en su plan de negocios las descargas audiovisuales sin costes para el cliente final, financiándose exclusivamente con anuncios publicitarios. Samsung también está preparando su desembarco en el sector, pero lo llevan con suma discreción y poco se sabe de ello.